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Aprovechar lo que hay: reciclar, renovar, replantear

25 mayo 2021

El diseñador de automóviles danés Henrik Fisker va a lanzar próximamente al mercado un coche que se carga con células solares y cuyo interior está elaborado con materiales reciclados como camisetas, botellas de PET, restos de goma de neumáticos y redes de pesca viejas. Esto es algo que debería poder aplicarse también en arquitectura.

¿Es posible reciclar la arquitectura de forma razonable? Esta pregunta se repite cada vez más cuando urge buscar un lugar para algo nuevo, contemporáneo y atractivo. Si bien es cierto que no todo se puede salvar y que las renovaciones suelen ser menos económicas que los proyectos de nueva construcción, esto nunca debería servir de excusa para no plantearse al menos la posibilidad de reciclar. Al fin y al cabo, muchos proyectos envejecidos han demostrado no estar nada mal para aplicar ideas jóvenes y frescas. Sin embargo, también se puede construir algo nuevo y a la vez ser sostenible. Basta con planificarlo de manera responsable y que al final el balance sea positivo. Por ejemplo, el simple hecho de reutilizar un terreno que ya estaba edificado es mejor que seguir devorando territorio.


Misma fachada, nuevo interior: El edificio de la casa de subastas Dorotheum, de los años 20, apenas ha cambiado por fuera, pero se le ha concedido una segunda vida. © Foto: Kurt Hörbst

La aparentemente imparable crisis climática nos recuerda cada día lo limitadas que son nuestras materias primas, lo rápido que se consume la tierra en menos de un año y lo mucho que debemos cuidarlas. Por eso, en la industria de la construcción, donde todavía existe un porcentaje muy alto de sobreexplotación de la naturaleza, emisiones contaminantes y métodos de reciclaje no aprovechados, se debería reflexionar mucho más sobre el tema. Y es que oportunidades, las hay. «Quienes apuestan por materiales de construcción poco contaminantes, una arquitectura y una construcción que utiliza los recursos de forma responsable, y una tecnología doméstica de bajo consumo, integran automáticamente el nuevo edificio en el ciclo natural de los materiales. Al fin y al cabo, la gestión de los recursos energéticos, cada vez más escasos y caros, de las materias primas y la tierra, es una cuestión clave del siglo XXI.  La demanda actual de una mayor eficiencia energética está estrechamente ligada a la eficiencia en el uso de los recursos, sobre todo en el sector de la construcción, gran consumidor de materias primas», afirma Roman Ascherov, fundador de AIRA Development Group. Su filosofía empresarial incluye estar siempre en movimiento y, a la vez, construir de la forma más eficiente posible. Para este promotor inmobiliario especializado en viviendas, en los próximos años cobran importancia temas de futuro como una selección ecológica del emplazamiento que tenga en cuenta la infraestructura, la accesibilidad y la protección del paisaje, el uso óptimo de la energía solar, el aislamiento térmico eficiente, la ecologización sostenible de los edificios o las nuevas ofertas de e-movilidad.


El antiguo edificio del Dorotheum es un punto de encuentro para creativos de todos los ámbitos, desde arquitectos hasta galeristas o chefs gourmet. © Foto: Kurt Hörbst

Los premios y certificados de sostenibilidad internacionales son cada vez más importantes para el compromiso sostenible en la arquitectura. Entre ellos se encuentra el premio nacional austriaco de arquitectura y sostenibilidad, concedido cada año a los constructores, arquitectos y planificadores especializados que combinan una arquitectura sofisticada con métodos de construcción que hacen un uso responsable de los recursos. Por ejemplo, la compañía Ostertag Architects renovó con gran sensibilidad la casa de apuestas Dorotheum para el cliente Fünfhauslofts GmbH y lo transformó en un edificio de oficinas con lofts. La renovación deja intacta la memorable fachada de los años 20 y se centra en una coherente adaptación interior. En lugar de alterar la histórica estructura de la casa de apuestas, el cliente y el arquitecto prefirieron adaptar a ella un espacio interior adecuado y pensado para los creativos y las start-ups. Fue todo un acierto, ya que se logró integrar perfectamente la configuración espacial de los almacenes a este propósito. Se redujo notablemente la necesidad energética gracias a las ventanas interiores y al aislamiento térmico. Además, se emplearon materiales de construcción sin PVC y refrigerantes sin HFC y se reinstaló el suelo de parqué en la zona del restaurante. En la nueva estructura de madera ventilada y aislada, situada sobre el techo de la última planta, se creó un precioso jardín en el tejado con plantas adaptadas al clima urbano. Una pérgola alberga una instalación fotovoltaica y simboliza –desde su maravillosa panorámica de la ciudad– lo bien preparado que está el edificio para el futuro. Para garantizar la calidad, se utiliza un controlador de consumo.


Seguir contando la historia en lugar de reescribirla: La historia de cómo se construyó la escuela primaria Volksschule Lauterach comienza en la década de 1930. © Foto: Paul Ott

También se «recicló» una escuela primaria en Lauterach, proyectada por el estudio de arquitectura Feygerlik/Fritzer y encargada por el propio municipio. La escuela se despliega cual pueblo,  ampliándose en torno al edificio escolar ya existente en los años 30, con su torre del reloj original. Esta ampliación en forma de pabellón define espacios interiores y exteriores lúdicos y luminosos. Mientras que las aulas, con una fachada de doble piel, están orientadas hacia las calles residenciales circundantes, las salas de grupo tienden un puente hacia el patio común. En el curso de una plantación seminatural, se conservó casi por completo la antigua población de árboles del lugar. Los tejados del nuevo edificio se han ajardinado profusamente, por lo que también pueden utilizarse como espacio verde adicional. La plena consideración por la eficiencia energética, el confort térmico y los materiales inocuos completan el proyecto en beneficio del medio ambiente. Los prados de flora variada, los espacios abiertos mayormente no delimitados y una construcción del nuevo edificio basada predominantemente en pilotes, para no dañar las raíces de los árboles, son una importante contribución a la preservación de la biodiversidad y crean un ambiente seminatural para toda la comunidad escolar que se puede disfrutar también desde el interior.


Aprovechar construcciones existentes y darles una nueva imagen: Una casa de la época austriaca de los fundadores (Gründerzeit), ubicada en la calle Mariahilf de Viena, fue objeto de una renovación ejemplar. © Foto: Kurt Hörbst

En Viena, por ejemplo, una casa de la época austriaca de los fundadores (Gründerzeit) muy dañada por una explosión de gas no se demolió, sino que se reconstruyó con éxito gracias a la estrecha colaboración entre el propietario y el equipo de planificación, y se dotó de una ampliación en la cubierta. La escalera queda inundada de luz, el patio interior se ha reestructurado y se ha elevado en gran medida a la primera planta. Además, el calor se redujo de forma significativa gracias al mortero aislante de alto rendimiento y a otras medidas de aislamiento. Una protección solar externa, estéticamente bien integrada, protege el edificio del sobrecalentamiento en verano. El proyecto de Trimmel Wall Architects es un ejemplo de conservación del paisaje urbano y de la estrategia nacional austriaca en materia de clima y energía.


El centro TÜWI de la Universidad de Agronomía de Viena (BOKU) está considerado como un centro pionero en materia de energía y sostenibilidad. © Foto: Lukas Schaller

La madera, un valioso recurso y material de construcción del futuro, fue la elegida por el estudio de arquitectura Baumschlager Hutter Partners, al que BIG Bundesimmobiliengesellschaft m.b.H. encargó el diseño del nuevo edificio de la Universidad de Agronomía de Viena (BIKU). El nuevo edificio TÜWI cuenta con una configuración espacial idónea para la obra y la urbanización adyacente. Tres plantas sobre el suelo y el patio de luces frente al pabellón de acceso crean espacios exteriores diferenciados y fácilmente aprovechables. A ello se suma el jardín de la azotea, cuya pérgola sostiene una instalación fotovoltaica, procurando sombra al mismo tiempo que genera electricidad. La energía geotérmica, la energía solar térmica para el calentamiento del agua y la activación de los componentes especiales para verano e invierno garantizan, con altos estándares de eficiencia energética, un sistema tecnológico totalmente optimizado desde la perspectiva ecológica. El sistema energético se completa con la refrigeración del techo. Los sistemas fotovoltaicos y de ventilación energéticamente eficientes, con la recuperación de calor.

 

Originalmente escrito por Barbara Jahn
















 




 



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