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De iglesia a centro de artes escénicas

27 septiembre 2022

Apuntando a la regeneración, también del contexto, el estudio de arquitectura de Carles Enrich interviene en un antiguo edificio resaltando las diversas capas de su historia y preexistencias.

 

Por Marta Rodríguez Bosch

 


El  proyecto Espai Santa Eulàlia, de Carles Enrich, ha merecido el Premio RE de Arquitectura que concede el CSCAE. 


Una porción significativa de la tarea de la arquitectura en el siglo XXI pasa por revisar, valorar y recuperar espacios, para adaptarlos a nuevas necesidades con usos alternativos al originario. Habitamos una región del planeta donde el legado arquitectónico es abundante. Aunque, también, el abandono y deterioro de espacios no es infrecuente. El contexto de la actual crisis medioambiental y las nuevas miradas sobre el territorio y los entornos naturales, en pos de un reequilibrio, aconseja sopesar cuando es adecuado llevar a cabo construcciones de nueva planta o recuperar arquitecturas arrumbadas.


El proyecto Espai Santa Eulàlia consiste en la adaptación de la antigua iglesia de Gironella (población a 100 km de Barcelona, de casi cinco mil habitantes) en un centro cultural para las artes escénicas, realizado por el estudio de arquitectura de Carles Enrich. Una actuación que forma parte de un programa de recuperación de edificios existentes impulsado por el Ayuntamiento de Gironella.

 


Mediante una gran vidriera se vincula el interior del centro al espacio público y los habitantes
de la población. 

 

La era de las múltiples erres en la que nos hemos visto abocados a habitar: reciclar, reutilizar, recuperar, reparar, reducir recursos... se extiende a otras tantas más. El Premio Re de Arquitectura - uno de galardones concedidos por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) que reconoce la mejor arquitectura y urbanismo- se fija en las intervenciones que destacan valores asociados a la rehabilitación, renovación y regeneración. En la última edición, el Espai Santa Eulàlia ha sido merecedor de dicho galardón.

 

“El proyecto consiste en la lectura de todas las capas y momentos históricos que han sedimentado en Santa Eulàlia con una clara voluntad de realzar las virtudes de cada intervención y entenderlas como una secuencia de capas”, explica el arquitecto Carles Enrich, autor del proyecto.

 


La iglesia reconvertida en centro de artes escénicas tiene su origen en el siglo XIV.

La nave central de esta iglesia que tiene su origen en el siglo XIV, es el espacio protagonista de la intervención en su nuevo destino consagrado a las artes escénicas. Un lugar que ya en 1907 cambió su uso religioso por el uso civil y detentó sucesivas funciones (taller de carpintería, fábrica de fideos, bar). A inicios de la década de los 70 el ayuntamiento del municipio pasó a ser titular del edificio. Fue en 1986 cuando se efectuó una restauración para adecuarlo a uso público de sala polivalente, con archivo. No obstante, la falta de servicios e instalaciones lo hizo obsoleto.

 


Espai Santa Eulàlia forma parte de un programa de recuperación de edificios existentes en Gironella, población a 100 km de Barcelona. 

 

Para esta nueva etapa, la nave central ha quedado liberada de elementos y el nuevo pavimento de madera  de abedul constituye la base de las actividades de danza, teatro y música, a la vez que provee buen aislamiento al suelo. En todo el perímetro, un pavimento de mortero autonivelante se adapta al contorno de los muros de piedra, evita recortes y desperdicios de madera.


Otro objetivo ha sido vincular este lugar con valor patrimonial al espacio exterior, mediante un gran acristalamiento que deja a la vista el interior de la iglesia desde la calle.  “Una de las estrategias principales del proyecto es la incorporación del paisaje urbano al espacio interior, mejorando la relación con el espacio público y los habitantes de Gironella”, señala el arquitecto.  
Esto supuso reemplazar el muro cortina translúcido (procedente de la intervención realizada hace más de tres décadas), por un cerramiento transparente que amplía el campo visual, aporta luz natural e incorpora la calle como segunda fachada. Y en definitiva, potencia el carácter público del nuevo equipamiento para la población.

 


El nuevo pavimento de madera queda enmarcado por cemento que se ciñe a los muros de piedra. 

 

Con el refuerzo de estructuras verticales se ha generado un ritmo y fragmentado los vidrios para facilitar su reposición en caso de rotura. Mediante una cortina se modula la iluminación y mejora la acústica y el aislamiento cuando se requiere, según los actos programados. El encaje de los servicios aprovecha las capillas laterales de la iglesia. Consiste en una caja de madera con cerramiento de rastreles de madera de pino que oculta la puerta, y semeja una celosía continua cubriendo todo el arco. En su conjunto, la actuación despunta por el detallado análisis de las preexistencias y como se insertan en el nuevo proyecto.

 

 Todas las fotos © Adrià Goula

 

 

De iglesia a centro de artes escénicas
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