Desde siempre, además de ser creativos, los arquitectos fueron multitarea. ¿Pero de dónde sacan su inspiración? ¿Cómo hacen para materializar su visión de la construcción? En esta nueva serie de artículos de nuestra newsletter, resaltamos las pasiones y desafíos de estas mentes creativas contemporáneas.
Encuentro con Mario Botta
Les cuestiones relacionadas con el medio ambiente y la sostenibilidad afectan inevitablemente al mundo de la arquitectura. Los procesos, las tecnologías y, sobre todo, las nuevas formas de abordar el diseño plantean hoy en día muchas preguntas dentro de un contexto en constante evolución. ARCHITECT@WORK ha decidido entrevistar a algunos protagonistas de la escena contemporánea con el fin de iniciar una reflexión y de recoger indicios útiles para el futuro.
Enrico Leonardo Fagone: En su trabajo, siempre ha considerado que es esencial tener una relación con el territorio, con el hábitat en el que cada nuevo artefacto debe poder establecer relaciones. Una forma de trabajar reconocible a partir del desarrollo de una "dimensión antropológica" de la obra arquitectónica, siempre presente en las fases sucesivas del desarrollo y de la realización del proyecto. ¿Cómo ve usted la transformación de la arquitectura hoy en día en relación con los nuevos requisitos medioambientales, y qué debería ser en su opinión la tarea y la actitud del diseñador?
Mario Botta: veo en la arquitectura contemporánea una situación bastante confusa, no hay claridad. La velocidad nubla las ideas, la velocidad de las transformaciones nos hace a todos un poco opacos. También trato de entender hacia dónde vamos y adónde deberíamos ir. La arquitectura es una disciplina sólida y concreta que necesita de una gran claridad. Desde Leon Battista Alberti, cada fase histórica, cada estado crítico que el mundo de la arquitectura ha podido expresar ha tenido que acomodarse a la confusión de su época.
La arquitectura es algo bien definido, inmutable, que no concede ninguna falla con respecto a la cultura, de la cual es al contrario siempre un espejo, despiadado tal vez, pero siempre vinculada a los valores expresados dentro un período histórico determinado.
Vivienda Fiore di pietra, Monte Generoso, Suiza (2013-2017). © Enrico Cano
Vivienda Fiore di pietra, Monte Generoso, Suiza (2013-2017). © Enrico Cano
En estos años post pandemia, post cambio climático, hemos atravesado el siglo pasado con mucho entusiasmo hacía una modernidad que en realidad ya había pasado.
En lugar de eso, nos encontramos al pie de la escalera. Veo muchas sombras, no solo en la arquitectura, sino también en el modo de vida, en la generación joven. Hicimos lo que pudimos durante el impulso de la sociedad de consumo, que por supuesto criticamos, pero que al mismo tiempo era una fuerza motriz. No es fácil decir cuál podría ser la actitud del diseñador hoy y en el futuro.
Lo que sí es cierto, es que vivimos actualmente una fase en la que es necesario actuar con máxima prudencia, sobre todo ante las catástrofes que se desarrollan ante nosotros: la catástrofe nuclear, las catástrofes climáticas y medioambientales, situaciones que nunca se han producido con tanta claridad.
Estamos viviendo sobre un legado histórico de optimismo que se infiltra en todos los poros de la sociedad. Hoy en día nos enfrentamos ante todo a verdades éticas, con las cuales debemos contar. Por tanto, deseo que se adopte una actitud que tenga en primer lugar como objetivo intentar comprender las razones profundas de las transformaciones en curso, para que las nuevas generaciones puedan avanzar. Esto es una cuestión dramática en varios sentidos, una cuestión hamletiana en cierto modo: ¿ser o no ser? Vivo esta condición de incertidumbre en la disciplina en la que intento filtrar nuestro "weltanschauung", una visión del mundo a través de las herramientas de la arquitectura.
ELF: Desde hace varios años, usted no ha dejado de destacar la importancia de la relación entre la naturaleza y la arquitectura y la posición central del individuo.
Muchos valores en los que se basan esos equilibrios se cuestionan a menudo hoy en día. ¿Qué estrategia cree que puede aplicar para preservarlas ? ¿Cuáles son, en su opinión, los riesgos, pero también las oportunidades que el mundo de la arquitectura puede reservar para la comunidad de diseñadores hoy?
MB: ¿Qué oportunidades puede reservar el mundo de la arquitectura? Mientras que el ser humano exista, necesitará una casa. El ser humano no puede vivir en la naturaleza, no puede vivir como un animal, no puede vivir sin defensa contra el mal tiempo, contra el calor, contra el frío. El ser humano se ha vuelto una criatura muy frágil, muy precaria. Por tanto, debe cuidar de si mismo para sobrevivir. Desde ese punto de vista, la arquitectura es inseparable de la vida del ser humano; no se puede vivir sin tener un espacio adecuado, construido. Antiguamente era suficiente defenderse contra los animales, pero hoy en día hay que defenderse contra los virus, contra la naturaleza que presenta cada vez condiciones más malignas que benignas. Por tanto, lidiar con los equilibrios medioambientales es una condición para la supervivencia.
Centro nacional de deportes de la juventud, Tenero (fase 4 2019-2023) Esta es la última fase de la ampliación del centro deportivo, que comenzó con la fase 2 (1990-2001) y se continuó con la fase 3 (2006-2013). © Enrico Cano
Centro nacional de deportes de la juventud, Tenero (fase 4 2019-2023) Esta es la última fase de la ampliación del centro deportivo, que comenzó con la fase 2 (1990-2001) y se continuó con la fase 3 (2006-2013). © Enrico Cano
El mundo de la arquitectura debe buscar nuevas oportunidades, incluso a través de la historia, la memoria, la tecnología. Para mí, es la única circunstancia posible para sobrevivir a los acontecimientos más radicales de la naturaleza. Por otro lado, los hombres han buscado de forma maliciosa romper el equilibrio de la naturaleza, y será una gran lucha a afrontar, sin duda desigual, en el sentido que la naturaleza llevará ventaja. Ninguna construcción, ninguna pirámide puede sostener la comparación.
Pero me da tranquilidad pensar que la arquitectura es una disciplina humanista, lleva en sí el conocimiento, la cultura, la tradición de un territorio.
Y es justamente en la experiencia, la capacidad de la memoria, donde creo que la arquitectura puede encontrar la fuerza para hacer frente a nuevos desafíos. Es una condición espiritual de la existencia, diría yo. No estamos solos, y no fuimos creados a partir de la nada y tenemos la capacidad, que quizás no tienen los animales, de buscar soluciones posibles a través de la memoria histórica.
Y en tanto que diseñador, creo firmemente que el territorio de la memoria es una herramienta operativa fundamental para dar al ser humano un espacio de vida.
ELF: Usted ha recordado más de una vez que el diseño de un objeto pequeño así como el de un edificio entero sigue siendo una forma de expresar una visión del mundo, un deseo de hacerlo mejor, más acogedor, más propicio para la vida y la alegría de vivir. ¿Qué referencias, qué estímulos para ese fin cree usted que podrían ayudar a las generaciones jóvenes de arquitectos en el futuro?
MB: A lo largo de numerosos años de actividad, he tenido la oportunidad de comprobar como en los lugares de culto es quizás donde mejor se expresa el sentido del trabajo de diseño. Verse confrontado a los elementos fundamentales como el pensamiento y la vida del ser humano, las motivaciones de su ser, sus preguntas, eso es entrar en las razones profundas de una arquitectura.
Iglesia Saint-Jean-Baptiste, Mogno, Suiza (1986-1996) © Pino Musi
Iglesia Saint-Jean-Baptiste, Mogno, Suiza (1986-1996) © Pino Musi
En el espacio de lo sagrado encontré las condiciones de la gravedad, de la luz. Y sin luz, no hay espacio, no hay arquitectura. El concepto de límite, de umbral, es otro elemento fundamental de una construcción. Siempre intento identificar y dar importancia a esos conceptos a través de los cuales se determinan las condiciones de equilibrio entre el ser humano y el medio ambiente.
Sin embargo, considero que es inútil recurrir a la retórica; el ser humano siempre se interrogó sobre las razones por las cuales vale la pena luchar, trabajar y creer en su propio trabajo. En este sentido, la contribución de los artistas nos es útil. Solo aquellos que han logrado a través de sus obras articular profundamente los problemas de la vida, del ser humano en la tierra hoy, los temores pero también el placer de realizar algo que nos hace más felices, han tenido éxito.
Originalmente escrito por Enrico Leonardo Fagone